Llamativa, inmejorable, sorprendente puesta en escena de la obra 'Cama de Ortigas' con la que Algazara Teatro vuelve a sorprender al público jarrero viniéndose desde Lepe para poner en escena una obra de Paco Ramírez que establece un punto de inflexión en esta duda que persigue a más de media España.
Es cierto que en la propuesta de la compañía onubense prima la concepción racial que el teatro del sur tiene de la tragedia, a la que aporta elementos técnicos, escenográficos e interpretativos con los que acentúan ese tono apocalíptico, abocado a la nada, a la muerte que se convierte en protagonista a su pesar: rasgado de guitarras españolas que se retuerce por la platea, taconeo que toca a defunción onmipresente, aparición de flora agreste y peligrosa sobre un lecho matrimonial llamado a convertirse en marco de sensaciones, cruces que descienden envueltas en rojas rosas de pasión (pasión de sufrimiento impenitente), contraluces que remarcan las sombras para evitar la luz...
Es cierto que Algazara sorprendió a propios y extraños rozando la perfección en todo aquello que tenía que ver con el aparato escénico, y que con un poco de esto y un mucho de la interpretación dramática que, por dirección, llevan sus actores al límite a la hora de dar vida a todos y cada uno de los personajes, consiguen su objetivo que no es otro que encoger el corazón del respetable hasta hacerlo sentir como en un puño. /.../
Miradas como navajas, lo que no es amor porque es en realidad miedo, la cama que se convierte en un campo de ortigas...Creaciones geniales que se repiten hasta la saciedad y fuerzan las formas.
GARNACHA DE RIOJA
Roberto Rivera, El Correo de La Rioja, 09.04.11
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